‘L’ esmorzaret’

Estos tres locales son parada obligatoria si quieres disfrutar de un auténtico ‘esmorzaret’ valenciano

La Comunitat puede presumir de un amplio abanico de costumbres, tradiciones y cultos, pero también del fervor desmedido con el que los valencianos las viven. Aunque entre estos ritos son pocos los que logran erigirse más como religión que como costumbre, hay menos aún cuyo incumplimiento genere una ofensa todavía mayor que la de ‘barrejar’ el arroz de la paella. Advertidos quedan aquellos ingenuos que sugieran hacerse un brunch para paliar la apetencia mañanera: las cosas por su nombre. ‘L’ esmorzaret’ no se perdona, para muchos es la comida más esperada del día y se hace a la ‘valenciana’: bocadillos enormes, cacaos, olivas y una cerveza no pueden faltar en ningún parón matinal gastronómico bajo el sol de la terreta.

Hablamos de toda una ceremonia sacra, celebrada en un periodo temporal que podría delimitarse entre las 09.00h y las 11.00h de la mañana, tan arraigada en la filosofía valenciana que casi forma parte del ADN local. Y como todo culto, cuenta con auténticos templos donde peregrinar para ofrecer devoción y llenar algo más que el espíritu. Los premios Cacau d’Or, patrocinados por Amstel en colaboración con la comunidad digital @Laculturadelalmuerzo, se encargan de reconocerlos desde hace cuatro años, nombrando los mejores locales para disfrutar de un buen almuerzo en la Comunitat. Este 2018, los seleccionados han sido ‘El Bombo’ de Xeraco‘El Chaparral’ de Serra y ‘El Pastoret’ de Náquera, que se suman a una lista donde ya aparecen otros como La Pascuala, Ca Pere, Centduros, Marvi o Les Tendes. Esta vez ninguno de los premiados se ubica en la ciudad de Valencia, pero desplazarse por el territorio valenciano valdrá la pena con tal de probar alguna de estas creaciones:

Ejemplo de un perfecto 'esmorzaret' valenciano.
Ejemplo de un perfecto ‘esmorzaret’ valenciano. /EL PASTORET

‘El Pastoret’ de Náquera

«Aquí vienen y disfrutan», asegura Juanjo sobre el asador que regenta en la Sierra Calderona. «Hacemos carne, pescado y pulpo a la brasa», explica el propietario sobre su local, aunque reconoce que su plato estrella para almorzar son los bocadillos: «Los hacemos muy grandes, estamos hablando de una barra de pan de medio metro en el caso pequeño», comenta sobre estas populares elaboraciones, que alcanzan los 70 centímetros en su versión completa. El precio del almuerzo ronda los 5€ por el cuarto de bocadillo y 7.50€ por la opción entera. Por suerte para los menos madrugadores, no hace falta ir por la mañana para poder disfrutar de ellas: «Tenemos una oferta para por la noche, un menú que incluye el bocadillo, la bebida y el café por 6€, con un precio de 7.50€ si se pide el grande». Y para los que todavía quieran más, existe hasta un ‘reto Pastoret’, para los valientes que intenten degustar su bocadillo más gigante, de 2.5 kilos.

«Los hacemos muy grandes, estamos hablando de una barra de pan de medio metro»

En su carta destacan dos nombres: «El bocadillo estrella es ‘Leo’, el de carne de caballo, es el que más se vende. También es muy popular el ‘Supremo’, con carne de muslo de pollo deshuesado y a la brasa. Los dos son muy espectaculares, son bastante impactantes de ver y ninguno se puede ni cerrar con los dedos», reconoce Juanjo. Para los interesados en saber más sobre estas elaboraciones, recomendamos no seguir leyendo con el estómago vacío: «’Leo’ tiene carne caballo, queso, bacon y cebolla caramelizada realizada con una receta propia; y ‘Supremo’ lleva mayonesa, lechuga, tomate, carne de pollo a la brasa, queso havarti y bacon».

'Leo', uno de los bocadillos estrella del restaurante de Náquera.
‘Leo’, uno de los bocadillos estrella del restaurante de Náquera. /EL PASTORET

El nombramiento supone mucho más que un reconocimiento gastronómico: «Justo el mes que viene hacemos 10 años, abrimos en diciembre de 2008. El premio ha sido como un regalo por el décimo aniversario», confiesa Juanjo. La satisfacción llega en el día a día, con el local a tope de lunes a domingo y en medio de un enclave privilegiado: «Al estar justo a las puertas de la Sierra Calderona viene mucha gente a caminar o en bicicleta. El entorno favorece la clientela», reconoce el propietario. Un público que no se mantiene en el ámbito local: «Aquí viene gente de toda la Comunitat, no solo de Náquera. ‘Oye que vengo de Alicante’ o ‘Venimos desde Castellón’ nos suelen decir. Es un orgullo porque hay muchos que hacen kilómetros aposta para almorzar con nosotros», asegura. El Cacau d’Or ha incrementado aún más el interés por el local: «Desde la entrega del premio llaman mucho para informarse sobre los horarios», comenta Juanjo.

Aunque la contestación es breve: siempre. «Estamos abiertos para almuerzos, comidas y cenas, todos los días de la semana. Y no hacemos ningún tipo de distinción: puedes venir a tomar de todo, siempre», asegura el propietario sobre su oferta. Entre semana no hace falta llamar para lograr un hueco en el recinto, pero el fin de semana es recomendable levantar el teléfono para reservar, especialmente los grupos grandes: «Más que nada para nuestra organización, para que podamos sentar a todo el mundo», recomiendan desde el local. «Para nosotros esto significa ‘tocar el techo’. Que Amstel como cerveza valenciana y la plataforma de @Laculturadelalmuerzo se hayan fijado en nosotros, en Náquera, que estamos apartados del centro de Valencia… Tiene mucho valor», concluye Juanjo.

Los bocadillos del local se caracterizan por su gran tamaño, y por no poder cerrarse.
Los bocadillos del local se caracterizan por su gran tamaño, y por no poder cerrarse. /EL PASTORET

‘El Chaparral’ de Serra

La carta del Restaurante Chaparral para almorzar es un claro guiño al entorno de la Sierra Calderona en el que se ubica: «Nuestra oferta para ‘l’esmorzaret’ está relacionada con este enclave natural, por eso nuestros bocadillos tienen diferentes nombres que se vinculan con la zona, como Fuente Ombría, Barraix, Frontera o Castell de Serra », asegura Lorena Català, responsable del local. «De hecho, son precisamente los más populares, y estamos hablando de bocadillos bien nutridos», advierte Català. Su receta no deja lugar a dudas sobre su consistencia: «El Castell de Serra lleva patatas a lo pobre, carne de caballo y huevo frito; el Fuente Ombría está relleno de embutido asado, patatas a lo pobre y huevo frito y Barraix está hecho a base de lomo con queso y pimientos», detallan desde el local.

«Nuestros bocadillos tienen diferentes nombres que se vinculan con la zona»

Su localización en una de las tres rutas de ascenso al Garbí, justo en la parte más empinada hacia Estivella, es algo más que una simple ubicación en el mapa. La zona es sumamente frecuentada por senderistas, deportistas y hasta ciclistas, que suelen pasarse por Chaparral a reponer fuerzas tras una sesión intensiva, algo que el restaurante tiene tan en cuenta que hasta ha creado un bocadillo pensado ex profeso para ellos: «El Frontera está pensado para deportistas muy fuertes, que hayan realizado una subida al Garbí y necesiten reponerse -explica Lorena-. Lleva carne de caballo y ajos tiernos», comenta Català. El precio del almuerzo son 7€, con cacaos, aceitunas y cerveza incluida, ejemplo del perfecto combo valenciano.

Bocadillo con carne y embutido asado a la brasa, toque distintivo del establecimiento.
Bocadillo con carne y embutido asado a la brasa, toque distintivo del establecimiento. /RESTAURANTE CHAPARRAL

Y de postre, espera un ‘cremaet’: «Es una crema de licor quemado, con base de ron y azúcar, corteza de limón, canela y unos granitos de café -enumeran desde el restaurante-. Se calienta para que se disuelva bien el azúcar y se quema, así se consigue que desaparezca el sabor del alcohol y el resultado es muy dulce», aseguran desde el local.

Aunque lo más demandado son sus almuerzos, «la especialidad de la casa es la paella valenciana de pollo, conejo y caracoles», destaca Català. Tanto que el Cacau d’Or no es su primer premio: «Somos Cullera de Fusta desde 2012, porque hacemos las paellas a leña de naranjo como marca la tradición». Se puede degustar de una ración de este plato, premiado por su fidelidad a la auténtica paella valenciana, por 11.50€. Es precisamente ese toque a la brasa el responsable de hacer que cada uno de sus platos, ya sean arroces, carne o bocadillos, cuenten con un toque especial desde hace ya 45 años: «Nuestra marca son las brasas, el sabor característico en los almuerzos a la leña de naranjo», concreta Català. Su repertorio gastronómico en invierno está disponible los viernes, sábados y domingos para almuerzos y comidas, pero quienes quieran degustar las paellas del local pueden aprovechar los ‘Viernes con arroz’ del restaurante para disfrutar de los platos de cuchara.

Familias con niños, grupos de amigos, deportistas y gente de todas las edades pasan a diario por el local: «Hay mucha variedad de perfiles y también depende del momento del día, porque hay quien viene después de una excursión o paseo». Por eso, «es conveniente reservar», recomiendan desde el restaurante. Desde que tienen el Cacau d’Or, «la gente está llamando para interesarse porque quiere probar la comida y ver el premio; tienen curiosidad», reconoce Català. «Para nosotros es un reconocimiento al trabajo de todo el equipo y al esfuerzo del día a día. A la selección de un buen producto, que mimamos y transmitimos a la mesa», concluyen en el restaurante.

Una de las paellas a la brasa que realiza el local.
Una de las paellas a la brasa que realiza el local. /RESTAURANTE CHAPARRAL

‘El Bombo’ de Xeraco

En ‘El Bombo’ de Xeraco no se quedan atrás: «Tenemos de todo. Hacemos lo que el cliente nos pida» aseguran desde el local, también conocido como Bar Avenida. Su carta es variada y al gusto de las apetencias del consumidor: «Preparamos bocadillos de lo que sea. Tortilla, pechuga, lomo, longanizas… Lo que prefieran», detallan desde el establecimiento sobre su oferta, con un precio que ronda entre los 3€ y los 3.50€. Entre tanta variedad de bocatas reconocen que no suele despuntar ninguna fórmula exacta como ‘la más popular’, porque se adaptan a los antojos del comensal: «La verdad es que no tenemos ningún bocadillo más especial o que destaque sobre el resto».

«En nuestra carta lo más representativo son las cocas de ‘dacsa’ y el ‘capellanet’»

Pero eso no significa que en su repertorio gastronómico no sobresalga nada: «En nuestra carta lo más representativo son las cocas caseras de ‘dacsa’ -aseguran desde El Bombo-. Las hacemos nosotros y es por lo que también nos conocen», explican. Una tarea nada fácil de conseguir teniendo en cuenta lo tradicional y artesano de la receta en cuestión, compuesta también -según revelan desde el local- por «harina, aceite, agua y sal». Después, elevan el plato a otro nivel con su particular relleno de huevo, anchoas y atún. Y no solo eso, hay otro plato que rivaliza entre bocadillos y tortas de maíz: ‘El capellanet’. «Es un plato de pescado seco que se hace a la brasa, es lo más popular junto a las cocas de dacsa», detallan en El Bombo.

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